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Mostrando las entradas de abril, 2017

DECIMOCUARTA ESTACION DEL VIACRUCIS

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Decimocuarta Estación JESÚS ES SEPULTADO La última estación describe en tercera persona el descendimiento y posterior sepultura del Señor, gracias la oficiosa mediación de José de Arimatea. El poeta, llegado este momento definitivo, cambia el registro de su voz para proclamar en primera persona que todo ha concluido y no hay más que hacer. Y con muy buen criterio, concorde con Cristo, reclama para sí su parte de vida y de muerte, como equipaje necesario para resucitar "con luz no perecedera" con él y como él.  

DUODECIMA- DECIMOTERCERA ESTACION DEL VIACRUCIS

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Duodécima Estación JESÚS MUERE EN LA CRUZ Cristo muere en la Cruz. Tiene un trío de ases a sus pies: su Madre, la Magdalena y Juan. En torno se hace el silencio y la Luz se oscurece crucificada. El poeta, consecuente, insta al cielo a cubrirse de luto, "porque la Vida ha muerto", misterio que sume en admiración al anonadado cristiano que es aquí el sujeto lírico. Que Cristo se convierta en el modelo final de su propia muerte, es el deseo final, ceñido a su pecho, que expresa como conclusión el poeta. (Deseo que se cumplió a la muerte cristianamente ejemplar del mismo)                      Decimotercera Estación JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE La Penúltima estación de Gerardo Diego la componen dos décimas llevadas con una fluidez y naturalidad tales que parece que escribir tan artísticamente como él resulta de lo más fácil; es la difícil...

DECIMA-UNDECIMA ESTACION DEL VIACRUCIS

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Décima Estación JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS   Vuelve el autor a la propuesta general compositiva, desde la estrofa inicial motivadora, con la escena, ahora ya estática, del despojo de las vestiduras con que se cubre Jesús, de lo que destaca el poeta el sonrojo consiguiente y la paradoja de que se llegue a desnudar a quien viste las flores. Esta condición creadora del Hijo de Dios es la que le autoriza al escritor el consiguiente desarrollo, a nivel de aplicación personal, de la segunda décima, con el ruego simbólico de serle devuelto el "tesoro de las propias flores marchitadas" Undécima Estación JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ El autor narra en segunda persona, para sentir más cerca la presencia de Cristo, la escena crucial de la crucifixión: cordeles, clavos, hiel, son los instrumentos martiriales con que se compone la crueldad extrema que ennegrece el ámbito inhabitable del monte de la Calavera. El poeta se detiene en un gesto altamente sign...

NOVENA ESTACION DEL VIA CRUCIS

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Novena Estación JESÚS CAE POR TERCERA VEZ Se rompe en esta estación el habitual ajuste a las dos décimas de motivo y comentario, recabando el autor, desde el principio, el uso de la primera persona, e involucrando ambos ejes compositivos en un mismo desarrollo. El sujeto lírico se imagina a Cristo en el instante en que vuelve a caer bajo el travesaño que le agobia: " caído a mis pies te ofreces "; y ante tal espectáculo llega a dudar de lo que sus ojos ven. La caída sugiere la que el sujeto cristiano soporta reincidente, cargando así de culpas la espalda sufriente de Cristo, "que le sirve de pavés". Las caídas de Jesús tienen un último motivo entonces: cae para inducirnos a abrazarnos a él sin miedo