Decimocuarta
Estación
JESÚS ES SEPULTADO

La última estación describe
en tercera persona el descendimiento y posterior sepultura del Señor,
gracias la oficiosa mediación de José de Arimatea.
El poeta, llegado este momento definitivo,
cambia el registro de su voz para proclamar en primera persona que todo ha
concluido y no hay más que hacer. Y con muy buen criterio, concorde con
Cristo, reclama para sí su parte de vida y de muerte, como equipaje
necesario para resucitar "con luz no perecedera" con él y como
él.
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