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DECIMOCUARTA ESTACION DEL VIACRUCIS

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Decimocuarta Estación JESÚS ES SEPULTADO La última estación describe en tercera persona el descendimiento y posterior sepultura del Señor, gracias la oficiosa mediación de José de Arimatea. El poeta, llegado este momento definitivo, cambia el registro de su voz para proclamar en primera persona que todo ha concluido y no hay más que hacer. Y con muy buen criterio, concorde con Cristo, reclama para sí su parte de vida y de muerte, como equipaje necesario para resucitar "con luz no perecedera" con él y como él.  

DUODECIMA- DECIMOTERCERA ESTACION DEL VIACRUCIS

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Duodécima Estación JESÚS MUERE EN LA CRUZ Cristo muere en la Cruz. Tiene un trío de ases a sus pies: su Madre, la Magdalena y Juan. En torno se hace el silencio y la Luz se oscurece crucificada. El poeta, consecuente, insta al cielo a cubrirse de luto, "porque la Vida ha muerto", misterio que sume en admiración al anonadado cristiano que es aquí el sujeto lírico. Que Cristo se convierta en el modelo final de su propia muerte, es el deseo final, ceñido a su pecho, que expresa como conclusión el poeta. (Deseo que se cumplió a la muerte cristianamente ejemplar del mismo)                      Decimotercera Estación JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE La Penúltima estación de Gerardo Diego la componen dos décimas llevadas con una fluidez y naturalidad tales que parece que escribir tan artísticamente como él resulta de lo más fácil; es la difícil...

DECIMA-UNDECIMA ESTACION DEL VIACRUCIS

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Décima Estación JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS   Vuelve el autor a la propuesta general compositiva, desde la estrofa inicial motivadora, con la escena, ahora ya estática, del despojo de las vestiduras con que se cubre Jesús, de lo que destaca el poeta el sonrojo consiguiente y la paradoja de que se llegue a desnudar a quien viste las flores. Esta condición creadora del Hijo de Dios es la que le autoriza al escritor el consiguiente desarrollo, a nivel de aplicación personal, de la segunda décima, con el ruego simbólico de serle devuelto el "tesoro de las propias flores marchitadas" Undécima Estación JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ El autor narra en segunda persona, para sentir más cerca la presencia de Cristo, la escena crucial de la crucifixión: cordeles, clavos, hiel, son los instrumentos martiriales con que se compone la crueldad extrema que ennegrece el ámbito inhabitable del monte de la Calavera. El poeta se detiene en un gesto altamente sign...

NOVENA ESTACION DEL VIA CRUCIS

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Novena Estación JESÚS CAE POR TERCERA VEZ Se rompe en esta estación el habitual ajuste a las dos décimas de motivo y comentario, recabando el autor, desde el principio, el uso de la primera persona, e involucrando ambos ejes compositivos en un mismo desarrollo. El sujeto lírico se imagina a Cristo en el instante en que vuelve a caer bajo el travesaño que le agobia: " caído a mis pies te ofreces "; y ante tal espectáculo llega a dudar de lo que sus ojos ven. La caída sugiere la que el sujeto cristiano soporta reincidente, cargando así de culpas la espalda sufriente de Cristo, "que le sirve de pavés". Las caídas de Jesús tienen un último motivo entonces: cae para inducirnos a abrazarnos a él sin miedo  

SEXTA- SEPTIMA Y OCTAVA ESTACION DEL VIACRUCIS

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Sexta Estación LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS La sexta estación se atiene fielmente al esquema general de suceso y meditación pertinente. En la primera décima, queda descrita, en tercera persona, la conocida escena en que la Verónica enjuga piadosa el rostro de Cristo, que en prenda queda impreso en el lienzo. En la segunda estrofa, es el sujeto lírico quien, en primera persona, se adelanta para apropiarse de la situación, pidiendo a Jesús que le instale su imagen bendita en el lienzo de su alma, haciendo, en el proceso posible, referencia expresa a su boca pacificadora, a su rostro doliente y a su mirada luminosa  Séptima Estación JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ "Largo es el camino y el Cireneo se rinde". El poeta culpa al cansancio y abstención del Cireneo la segunda caída de Jesús, que se desploma "como un escombro humano". El sujeto lírico se pregunta dolorido por el sentido de esta reincidencia torturante, y descubre al punto la ne...

CUARTA- QUINTA ESTACIÓN DEL VIACRUCIS

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                                                                            Cuarta Estación                                          JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE   Con la medida establecida de las dos décimas para encuadrar tema y comentario, en la cuarta estación se enfrenta el autor al dramatismo del encuentro entre Jesús y su Madre, que se abre paso entre la multitud hasta llegar a él. El poeta cambia el registro narrativo y lo hace en tercera persona, como apartándose y cediendo a la Madre el lugar que viene él ocupando. El autor funde a ambos en un llanto común de dolencias indescriptibles: "Cristo llora por María. María llora por Cristo", para girar el curso descriptivo hacia ...

SEGUNDA-TECERA ESTACION DEL VIACRUCIS

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                                                   Segunda Estación                                JESÚS CARGA CON LA CRUZ La primera estrofa nos presenta un pasaje descriptivo de Jesús bajo el madero, cuyo peso  curva sus espaldas . Sobre el claroscuro de un pueblo que bulle en fiestas. El escritor personifica su compasión en el tacto de su propia carne que  imprime un beso caritativo  en la cara lacerada del divino reo. Hay un cruce paradójico de realidades trascendidas: la salvífica gesta del sufrimiento de Cristo invierte el orden lógico de cielos y tierra, en cuanto reviste de afrentas la persona del Hijo de Dios, para surtir de gloria y liberación a quien le crucifica. Tan honda pugna le sugiere al poeta, en el ánimo contrastado de Cristo, un talante de...